Sobre mí
Nací en Mataró, Barcelona. Mi carrera profesional como química e informática ha estado siempre lejos del arte hasta 2014, cuando comencé mi formación en pintura y dibujo figurativo. Desde entonces he asistido a diferentes cursos intensivos de dibujo y pintura de la figura en vivo, y posteriormente a diversos talleres de arte realista contemporáneo con grandes artistas como Felipe Alonso, Joshua LaRock, Irene Cuadrado, Alex Kanevsky Catherine Kehoe, Jennifer Pochinski, Paco Lafarga, entre otros.
Desde entonces he trabajado en obras por encargo y he expuesto en exposiciones y concursos nacionales e internacionales. Mi obra ha sido adquirida en colecciones privadas de todo el mundo.
En 2023, mi segunda exposición individual, «Visiones del retrato», se centró en los diferentes enfoques que he utilizado para crear retratos, con una técnica más realista a veces, o más intuitiva y libre. Algunas de estas obras se recogen en la colección «Visiones del retrato» de esta web.
Declaración artística
Aunque continúo siempre experimentando a través de múltiples técnicas y temáticas, tanto en el ámbito del dibujo como de la pintura, mi principal interés es el retrato y la figura.
La figura humana en mis últimas colecciones es el vehículo a través del cual intento captar estados de ánimo siempre cercanos a la introspección, la vulnerabilidad, la melancolía. Son figuras en soledad, en conversación consigo mismas. No las pinté buscando una serie de obras con una temática: encontré la temática, que en este caso es la intimidad, viendo qué estaba pintando reiteradamente, que es algo que suele sucederme.
La técnica precisa del realismo me sirve como ancla, pero a menudo dejo que el color, la textura o la composición introduzcan elementos abstractos o simbólicos que abren otras lecturas y distancian la obra de lo puramente literal.
Trabajo también series de retratos creados de forma instintiva y creativa, en los que la emoción pesa más que la fidelidad al parecido. Cada uno está resuelto con una técnica muy distinta, buscando que la materia y el gesto pictórico sean tan expresivos como la imagen en sí. Son retratos que no muestran a una persona determinada, sino que invitan al espectador a reconocerse en una emoción o un rasgo de su carácter.

